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El escultor de esta obra, Josep Llimona (1864-1934), trabajó mucho con mármol, material también de El Desconsuelo, desnudo femenino que logra transmitir la tristeza, la melancolía, e incluso la desesperación de la figura representada. La figura femenina está de rodillas, con la cabeza caída entre los brazos y el pelo sobre el rostro, en estado visible de desaliento y desánimo, de profundo abatimiento. |