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Cuando la pieza musical alcanza uno de sus puntos álgidos, también los surtidores se elevan a la máxima altura y también el color se intensifica hasta conseguir tonalidades deslumbrantes. Esa sincronía entre la música, los tonos de la escala cromática, y la fuerza y altura del agua es lo que logra producir estas coreografías agua-luz-color-movimiento tan majestuosas como sorprendentes. |