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El techo de la Sala Hipóstila es fascinante. En los espacios que hay entre las bóvedas semicirculares, Gaudí colocó cuatro rosetones grandes elaborados con una mezcla de cerámica, porcelana, papel de vidrio de color y pedrería policroma, a modo de visionario anticipo del pop-art posterior. Cuatro plafones que representan las cuatro estaciones y en cada uno de los cuales hay soles de 20 rayos, o de 20 puntas. |