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Al final del viaducto de La Lavandera, nos encontramos esta maravilla: un espacio semicircular en el que las columnas -inclinadas también hacia adentro- se retuercen y ensanchan hasta volverse suntuosas copas con las que celebrar el brindis del Banquete de la Amistad, fiestas masonas que se celebraban en los solsticios de invierno y verano según los rituales de la orden masónica. Gaudí se inspiró en los símbolos y filosofía masónica en multitud de ocasiones para diseñar sus obras. |