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café de la ópera, leyendas
La Rambla ya era entonces un paseo donde se daba cita la flor y nata de la ciudad, que reponía su sed y su hambre en esta famosa tasca, ya en el siglo dieciocho. Cuando llega el ferrocarril y el servicio de tranvías se extiende por toda Barcelona, transportando multitud de visitantes al centro de la ciudad, a la glamourosa Rambla, la tasca se convierte en una chocolatería.