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Hay quien considera la obra de Gaudí como clásica, y hay quien la considera rompedora y vanguardista, pero en lo que todos coinciden es en que es un artista lleno de personalidad, originalidad y perfección. Y que observar su obra, en la Sagrada Familia y en el resto de sus monumentos, es contemplar técnica y arte, religiosidad y humanidad, es asitir al espectáculo de una nueva arquitectura basada en la curva de la piedra y en el movimiento, llena de perspectiva y profundidad, desafiante con el espacio y el estatismo de la figura escultórica, inimitable. |