También es cierto que en esta fachada de El Nacimiento es donde Gaudí quiso dejar plasmada la luz, la alegría, el movimiento y la profusión de detalles de glorificación, porque la consideraba la construcción más alegre de toda la basílica. El mismo arquitecto llegó a decir que su pretensión era la de crear una fachada de La Pasión que produjese miedo y angustia, como el propio calvario de Jesús. Pero también llegó a decir Gaudí que si hubiera hecho primero esta fachada de La Pasión, el resultado hubiera sido tan terrible que la gente se hubiera retraido. Los estudiosos de Gaudí dicen que quería una fachada hecha como de huesos, pelada, dura y mortífera.
Como veis, ésta que está en la foto, la de El Nacimiento, es todo lo contrario: formas redondeadas, turgentes, bellísimas, llenas de naturaleza, de luz, de instrumentos musicales,o de personajes que celebran el acontecimiento. Un gran contraste narrativo entre las fachadas.