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El naranjo, árbol típicamente mediterráneo que exhala el olor de su flor, la flor del azahar, en primavera, y que ofrece el colorido de sus frutos durante muchos meses del año. El ciprés (en primer término, en la foto) es un árbol también típico de la vegetación mediterránea. Aunque a algunas personas les evoca la atmósfera de un cementerio, por su presencia en ellos, en Cataluña es símbolo de hospitalidad y refugio. Se dice que se plantaba un ciprés junto a casas aisladas en el campo, para que el viajero pudiera divisar desde lejos donde podría recibir ayuda, refugio o simplemente hospitalidad. Suelen ser muy altos (entre 20 y 30 metros), muy longevos (los hay incluso milenarios) y resisten con la misma firmeza las tempestades que las sequías. Un árbol entrañable. |