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El rótulo que se ve encima del armario, nos informa de lo que en realidad fue esta sala durante décadas: una Peluquería, en la que los clientes del Café podían cortarse el pelo o afeitarse, como un servicio más del establecimiento. Hace muchos años, era usual que hubiera peluquerías en los bares y cafeterías y que los clientes se arreglaran el pelo en ellas. La antigua peluquería es hoy día una biblioteca llena de recuerdos de quienes por aquí pasaron. |