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En Buenos Aires hay cientos de librerías, de libro nuevo y de libro usado, espectaculares unas, normales otras. Pero en todas ellas se mantiene intacto el espíritu de veneración y respeto por la cultura escrita. Parece, al contrario que en otros lugares, que la letra digital no hay mermado ni un ápice la letra impresa en papel. En las librerías hay gente, mucha gente, en las de nuevo y en las de libro usado. Se ve movimiento, la gente lee, consulta, pregunta, compra. Buenos Aires sigue manteniendo viva y productiva la cultura editorial y el deseo de consumirla. Un tesoro de incalculable valor en tiempos de cultura virtual. |