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qué bonita la noria
Pero, como en otras ocasiones, y al igual que ha pasado en otras ciudades, este "monumento" se convirtió en una atracción para londinenses y turistas, que reivindicaron su permanencia, a pesar del contraste con su entorno. Permanencia que se fue prorrogando, y que en estos momentos lleva ya ocho años en el mismo emplazamiento. Por lo que parece, en estos momentos tiene más defensores que detractores y parece ser que son muchos londinenses los que reivindican su perpetuidad.