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Se ha intentado aunar la estética de un mercado tradicional con una distribución muy estética y espaciosa de los puestos. El objetivo: que la gente esté a gusto en este espacio, que sea un placer tomar algo aquí, que se puedan ver los productos paseando y disfrutando, y que se puedan comprar cosas después de haberlas visto tranquilamente. Y todo esto se ha conseguido. La verdad es que el proyecto ha sido una lección de diseño, funcionalidad y respeto a los ciudadanos. |