La mezcla de rascacielos, anuncios luminosos, taxis amarillos, bullicio y gentío en las aceras, bares, restaurantes, teatros, personas de todas las razas, de todas las vestimentas, restaurantes de todas las procedencias, mezcla de hamburguesas con ensaladas, de perritos calientes con chopsuey de pollo, y de tortitas con melaza junto a los capuchinos del Starbucs, acaban por configurar una personalidad única y reconocible, la de calles neoyorkinas como la de la foto, la archifamosa Broadway.