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Viendo como se encienden las luces de los miles de rascacielos de Manhattan, cuesta trabajo imaginar el espectáculo fantasmagórico de la noche del 15 de agosto de 2003, cuando un apagón monumental dejó La Gran Manzana totalmente a oscuras. El apagón afectó a todo el nordeste de USA y afectó a 50.000.000 de usuarios. Esa noche había luna llena y su luz se filtraba desde lo alto de los rascacielos hasta el asfalto, provocando un extraño contraste entre la modernidad de las construcciones y las primitivas sombras de la única luz natural nocturna -la luz lunar- con la que contó el Nueva York apagado y caótico del 2003. |