Mucha gente comenta, después de visitar esta maravilla arquitéctónica, el don de Gaudí para conferir vida a la piedra. Es una sensación que invade a mucha gente al observar la obra de este arquitecto. Sirva como ejemplo el hecho de que hacía todos sus moldes de figuras humanas sobre figuras reales de su entorno: trabajadores de la obra, conocidos, amigos, gente que pasaba por la calle y que era requerida para contribuír a la construcción del templo ofreciendo su persona para uno de los moldes, etc. Eso le ha dado a todas las figuras ese aspecto de hiperrealidad que sólo podía estar basado en figuras humanas reales de carne y hueso que ofrecieron su silueta para los moldes de escayola de Gaudí.