La Sagrada Familia fue la obra cumbre de Gaudí y a la que dedicó su vida, desde los 31 años en que fue contratado para dedicarse a este faraónico proyecto, hasta su muerte, en 1926, cuando el arquitecto contaba 74 años de edad y estaba en la plenitud de su creatividad.
El llamado "arquitecto de la geometría y el volumen", el que hacía sus maquetas tridimensionales para conseguir un total efecto de realidad, Gaudí, tuvo cuatro ejes centrales en su inspiración: la arquitectura y el arte, la naturaleza, la religión y su amor por Cataluña, presente en toda su obra.
Siete de sus obras son consideradas Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco.
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