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Se dice que Gaudí no cesó de evolucionar a lo largo de toda su dedicación al templo, sobre todo durante los últimos quince años de su vida en los que se dedicó en exclusiva a la Sagrada Familia. Si bien es cierto que se hizo cargo del templo cuando lo único que había construido era una torre neogótica, no lo es menos que Gaudí llegó a considerar el gótico como un estilo imperfecto para lograr la espiritualidad y tributo religioso con los que él quería dotar la basílica. Por ello fue incorporando técnicas revolucionarias ya experimentadas en otras de sus obras, tales como galerías y viaductos soportados en estructuras helicoidales (Park Güell), los famosos arcos catenarios (La Pedrera), llamados también "funicular de fuerzas" , ideado para soprotar grandes presiones arquitectónicas. |