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Tenderetes ante Catedral
Tenderetes ante Catedral
Para conocer el Zócalo, hay que caminarlo. Cruzar la plaza de lado a lado, andar aquí y allá, meterte por todos sitios. Mientras paseas, podrás oir los tambores de los grupos de danza azteca, los cascabeles de los danzantes de antiguas danzas indígenas, podrás oler el incienso y los humos benéficos de los hechiceros que libran de malignas influencias, podrás ver los símbolos del poder político de la ciudad, podrás sentir la religiosidad de muchos ciudadanos entrando y saliendo de sus iglesias, podrás asombrarte de la energía de los comerciantes que venden fruta, tortillas de maíz, abalorios, flautas, calaveras, vírgenes o ropa indígena, podrás llenar tus sentidos de todos los olores, colores, músicas y sabores que conforman este abanico vital que se desgrana a cada paso.