La frescura y sabor naturales de los alimentos se considera fundamental en una buena cocina china. No hay que confundir la auténtica cocina china con la que nos ponen en los platos de la mayoría de los restaurantes chinos a los que estamos acostumbrados. La buena cocina china es fresca, natural, sabrosa, saludable y rica. En Barcelona, por ejemplo, se puede comer auténtica cocina china, como la de China, en una decena de sitios, de los cientos de restaurantes chinos de la ciudad. Hay pocos de los auténticos, pero hay algunos. Y los precios, económicos o razonables, dependiendo del sitio.
En la fotografía, un restaurante de cocina cantonesa, en el barrio de Wang Fu Jin de Beijing, cocina extraordinariamente apreciada por los buenos gourmets.