Parece ser que durante el siglo diecisiete, los campesinos que se establecieron en las inmediaciones de la Gran Muralla, iban a ella con el fin de robar todas las piedras y ladrillos que necesitaban para construirse sus casas. La noticia de este abastecimiento gratuito se extendió rápidamente, de manera que a los largo de años fueron desapareciendo trozos considerables del muro A partir del siglo XVIII, se iniciaron las labores de reconstrucción y se prohibió el robo de sus piedras. Pero fue, realmente, tras la muerte de Mao, cuando las autoridades chinas se emplearon a fondo en la reconstrucción de multitud de tramos derruidos de la Gran Muralla, consiguiendo recuperar muchos de los recorridos, pero no todos.